Por Fabio Romero.
Liderazgo Integral.
El liderazgo es algo que se transmite en cada una de nuestras conductas: las palabras, los gestos, la forma de caminar, el vestuario, las habilidades sociales y la personalidad. Este post está dedicado a aquellos que desean comenzar a desarrollar y mejorar su influencia sobre otras personas a través del lenguaje no verbal.
1. Habla despacio
La velocidad con la que hablamos transmite aquellas sensaciones que estamos experimentando. Comunicar rápidamente una idea hace que no sólo pierda su efecto persuasor, sino que además refleja ansiedad, timidez, e inseguridad. Haz pausas breves (micropausas) justo antes de la idea principal. Desacelera y relájate.
2. Usa variaciones en el tono de la voz
Las voces planas y monótonas sólo pueden producir una cosa: aburrimiento. Dale precisión a tus palabras se-pa-ran-do algunas sílabas. Si además apuntas con tu dedo para dar énfasis le darás mayor contundencia a tu mensaje. Los políticos son expertos en usar este recurso.
3. Usa posturas abiertas
Extiende tus brazos cuando expongas una idea. Evita los clásicos errores como cruzar los brazos por mucho tiempo o dejar las manos en los bolsillos. Cuando te sientes apoya con soltura tus brazos y abre tu chaqueta.
4. Mantén el contacto visual
¿Te imaginas un presidente mirando hacia el piso mientras habla con un homólogo? Cuando seas tú quien hable asegúrate de sostener tu mirada, que sea profunda, impactante. Tu mensaje quedará grabado con fuego en la mente de la otra persona.
Por otra parte, en los casos en que el otro habla, evita mantener el contacto visual todo el tiempo. Dos terceras partes es una proporción óptima. Pasea tu mirada por otros lugares y vuelve nuevamente a tu interlocutor, así proyectarás una personalidad menos necesitada o sumisa. Sobra decir que cuando la otra persona diga algo verdaderamente importante debes prestarle completa atención.
5. Antes de contestar una pregunta…
En la medida de lo posible no tardes demasiado para no demostrar que estás buscando con rigurosidad tus palabras (como quien busca la aprobación del otro). Evita usar el “ahh”, “eeeeh”, “esteeeem” y demás expresiones que denoten nerviosismo.
Aunque se trata en efecto de una ejecución inconsciente, procura mirar hacia arriba o hacia un lado antes responder. En PNL mirar hacia abajo es un indicador de diálogo interno, y está bien para los que saben, pero en general la gente interpreta esto como un indicador de timidez o falta de confianza en sí mismo.
6. Haz contacto físico
Esto depende obviamente del lugar donde nos encontremos. En Latinoamérica es frecuente acompañar el saludo formal con una palmada en el hombro o un ligero toque en el codo, mientras que en otras culturas (como las orientales y algunas europeas) es muy importante conservar la distancia. Si quieres ejercer un mayor grado de dominancia dale a tu locutor unas palmaditas en la espalda, como quien le dice: “Buen chico, te has portado bien”.
7. No sonrías demasiado
Sonreír cuando te presentan una persona es perfecto para manifestar carisma y simpatía, pero en exceso puede ser contraproducente. La sonrisa desarma a tu oponente y le da a entender al otro que tú no eres una amenaza (lo que es ideal en espacios de negociación), pero en términos de liderazgo debe ser producto de un hecho que efectivamente la produzca, no un intento por agradar a los demás.
8. Erguido y Relajado
Camina con la espalda derecha y manténla así mientras estés de pie. Te ayudará a verte más saludable y ganarás unos cuantos centímetros (la mayoría de las personas caminan encorvadas). Tanto a hombres como mujeres les favorece enviar los hombros hacia atrás porque les ayuda a realzar su pecho y a disimular la barriga.
No olvides relajarte, que tus hombros se descuelguen naturalmente, sin que tengas necesidad de ejercer presión sobre estos. Hacer ejercicio con regularidad te ayudará a fortalecer la parte dorsal para mantener derecha tu espalda sin que experimentes cansancio (Dios bendiga el Aikido).
9. Desplázate con naturalidad
Así como la velocidad al hablar evidencia ansiedad, caminar rápidamente expresa exactamente lo mismo. Sin prisas, sin afanes, tranquilo, y con absoluto control de la situación y el tiempo, así es un líder. Permítele a tus brazos moverse con libertad al tiempo que caminas. Disfruta del camino como quien acaba de obtener un éxito increíble y se encuentra en la cima del mundo.
10. Evita los gestos faciales y corporales nerviosos
Lamerse demasiado los labios, rascarse la cabeza o la nariz, y jugar con las manos o los dedos es fatal. Son tics producidos por situaciones tensionantes o poco frecuentes. Un líder no le teme a la interacción con la otra persona, antes bien, ejerce su influencia en completa calma.
11. Usa frases cortas
Así compaginan la sabiduría y la inteligencia. Un líder no sólo es fuente de conocimiento y experiencia, sino que además los transmite sin recurrir a frases y argumentos reforzados para deslumbrar al público. Sabe exactamente qué lenguaje debe utilizar (sencillo o técnico) y se preocupa por llegar a la mente del otro con claridad, no con soberbia. Ve directo al punto, tú no necesitas impresionar a los demás.
12. Usa apropiadamente los objetos
Los esferos, celulares y demás elementos son una extensión de tu cuerpo. Jugar con los utensilios de la mesa o mantener el celular en la mano (como quien está esperando una llamada) transmite una falta de control en todo el sentido de la expresión. Evita, entre muchos otros indicadores, tocar la solapa de tu chaqueta o el marco de tus gafas con regularidad.
13. Comunica amistad y empatía al dar órdenes
A nadie le gusta recibir órdenes. En tanto sea posible, coloca tu mano sobre el hombro de la otra persona para sienta el respaldo con la instrucción, en lugar de la autoridad seca que viene de la palabra. Algunas veces sonreír es bueno para romper el hielo, pero a veces el empleado puedes pasarse de relajado con sus superiores.
14. Mantén impecable tu aspecto
Con el transcurrir del día la camisa tiende a salirse a los lados del pantalón, la corbata se descuelga y el cabello se desordena. Eso le pasa a cualquiera. Antes de entrar a una reunión importante o una entrevista, y especialmente cuando termines de comer, aprovecha para entrar al tocador y revisar detalles como el lustrado de tus zapatos, la corbata, tu cabello y el maquillaje en el caso de las mujeres.
15. Saluda desde lejos
La foto de este post traduce a la perfección este punto. Saluda a tus compañeros de trabajo o grupo de amigos desde lejos señalándolos o con la palma abierta. Es por excelencia un gesto de autoridad y carisma.