La economía latinoamericana viene desacelerándose año a año desde 2012, después de la rápida recuperación de la crisis mundial de 2008, pero economistas de organismos internacionales, bancos de inversión y consultoras esperan que 2014 sea mejor. En 2013, los precios aún altos de las materias primas comenzaron a caer y los capitales especulativos empezaron a marcharse por el previsto cambio en la política monetaria de Estados Unidos, que en diciembre pasado decidió empezar a revertir un ciclo de cinco años de dólar barato, que estimuló la inversión en productos básicos y mercados emergentes. 2014 puede favorecer a ciertos países de Latinoamérica, en especial a México y Centroamérica, por la mayor demanda de un EE UU en recuperación. Claro, que los pronósticos se los lleva el viento, muchas veces se equivocan y solo sirven como una guía falible en un mundo incierto.
La firma británica Consensus Economics releva las predicciones de consultoras y bancos y a partir de ellas elabora promedios. Sus previsiones para la región son muy dispares, según los países. Especialmente para Brasil, que en 2013, año en que irrumpieron las protestas sociales, registró un crecimiento del PIB del 2,3%, tras el 1% de 2012. Los expertos consultados prevén que en 2014 se mantendrá el mismo ritmo de expansión, en un ejercicio en el que Brasil organiza el Mundial de fútbol y celebra elecciones presidenciales en las que Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), busca la reelección. La entidad más optimista con el gigante sudamericano es el banco británico Standard Chartered, con un pronóstico de crecimiento del 3,5%, y la más pesimista, Citigroup, con un 1,8%. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) pronostica un 2,6%, y la Corporación Andina de Fomento (CAF), un 3,2%. La expansión brasileña depende más de los precios de las materias primas, que a su vez están influidas por la economía china, y del mercado interno que del norteamericano. El sector privado calcula que la inflación será del 6% en 2014, después del 5,6% en 2013, mientras que el déficit fiscal se elevaría del 3,2% del PIB al 3,7% este ejercicio.
Las previsiones apuntan que Brasil mantendrá la moderación de 2013
México, la segunda economía de la región, sufrió el año pasado una fuerte desaceleración del crecimiento, del 3,9% registrado en 2012 al 1,3% estimado por bancos y consultoras. En 2013 se combinaron, por un lado, los elogios del establishment hacia Enrique Peña Nieto, presidente por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), con sus reformas energética, fiscal, educativa y de las telecomunicaciones. Tanto que incluso algunos analistas vaticinaban que sería la nueva estrella emergente que superaría a Brasil. Pero, por el otro, irrumpió la realidad de una baja expansión económica, la más pobre de Latinoamérica, junto con Venezuela, y se repitieron las noticias de violencia y hasta de formación de milicias parapoliciales para controlarla. Para 2014, los expertos predicen, sin embargo, un crecimiento del 3,4%, gracias a la demanda estadounidense. Bank of America Merrill Lynch y la consultora Bulltick se atreven a pronosticar un alza del 4%, pero la casa de Bolsa local Vector habla de un 2,3%. La CEPAL también se ilusiona con un 3,5%. La inflación apenas subiría del 3,8% al 3,9% entre un año y otro, mientras que el rojo fiscal saltaría del 2,5% del PIB al 3,4%, según los pronósticos privados.
En el caso de Argentina, uno de sus problemas es la escasa credibilidad de las estadísticas. Según los datos revelados por la oposición al Gobierno de Cristina Fernández, la economía mejoró su crecimiento del 0,3% en 2012 al 3,1% en los primeros nueve meses de 2013. La CEPAL prevé un alza del 2,6% en 2014, pero las entidades encuestadas por Consensus Economics predicen un aumento del 1,8%. La economía argentina depende más de la evolución de China y Brasil, de su mercado interno y la cosecha agrícola que de EE UU. Un factor endógeno clave es la inflación. Los economistas del sector privado calculaban que 2013 acabaría con un aumento del 26,6%. Pero ese pronóstico será superado. Las agencias provinciales de estadística, más fiables que la nacional, informaron de que la inflación en noviembre había llegado al 26,8%, con una indudable aceleración después desde el 20,8% de mayo anterior. Los analistas creen que la tendencia ascendente continuó en diciembre y lo hará en enero. Por eso, el Gobierno de Fernández ha adoptado algunas medidas esta semana, como un acuerdo de precios de 100 productos básicos y la liberalización de la importación de tomates brasileños para abastecer mejor el mercado local. En cuanto al déficit fiscal, el sondeo de Consensus Economics prevé que se eleve apenas del 2,4% del PIB en 2013 al 2,5% en 2014.
La recuperación de
EE UU impulsaría el crecimiento en México
Las previsiones del sector privado anticipan que Venezuela pasará de crecer el 1,3% en 2013 a una caída del 0,5% en el actual. La inflación se mantendría alta: 52,4%, tras el previsto 54% de 2013. En este caso también la realidad superó la predicción, que se conoció antes de que el Gobierno del chavista Nicolás Maduro admitiera que en noviembre los precios habían subido al 56,2%. La economía venezolana fluctúa de acuerdo con sus problemas internos y también según la evolución del precio del petróleo, que no solo depende de China, sino también de EE UU, la Unión Europea y los conflictos en Oriente Próximo.
Sin similares problemas de inflación, aunque con otros de desigualdad social, el resto de las siete principales economías de la región también está influido por los precios de las materias primas. Colombia, exportador de petróleo y minerales, elevaría su crecimiento del 3,9% en 2013 al 4,6% en 2014, año en que el presidente Juan Manuel Santos, de centro-derecha, aspira a la reelección. Chile, donde el cobre representa más de la mitad de las exportaciones y cuyo precio depende de la mayor o menor robustez china, pasaría de crecer un 4,2% a un 4,1%, en el año del regreso de la socialista Michelle Bachelet al poder. Por el último,
Perú, bajo el mandato del nacionalista Ollanta Humala y donde el 55% de lo exportado es mineral (cobre y oro, con un precio que cayó en 2013 tras subir de forma ininterrumpida desde 2000), se expandiría el 5,5% este año tras un 5,2% el año pasado.